Desde 2004, la empresa suiza Algordanza, palabra que en romanche significa recuerdo, transforma las cenizas funerarias en auténticos diamantes: los "Diamantes de la Memoria". Algordanza es un grupo internacional presente en más de treinta países con sede y laboratorios en Suiza, donde se lleva a cabo el proceso de transformación.
Durante este proceso se replican las condiciones que en la naturaleza determinan la formación de los diamantes, sin añadir ningún tipo de sustancia. Dichas condiciones influyen en la composición química de las cenizas y es por esta razón que cada diamante brilla con tonos que van desde el blanco transparente al azul intenso. No existen dos diamantes idénticos, tal como nuestros seres queridos eran únicos. Los precios (a partir de cuatro mil euros) varían según el tamaño que se quiera obtener y el crecimiento del diamante depende del tiempo que pase a alta temperatura y de la presión del carbono que proviene de las cenizas.
Desde siempre, los diamantes simbolizan la eternidad, la memoria, la pureza y el amor. Los Diamantes de la Memoria permiten renovar y celebrar el amor por nuestros seres queridos todos los días manteniéndolos cerca de nosotros.